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viernes, 2 de diciembre de 2011

La Sombra

La sombra es esa parte de nosotros que preferimos "no ser".
Nos educaron para ocultar nuestras "sombras", esas zonas que fueron en su día juzgadas por la sociedad: padres, maestros, instituciones religiosas...como malas o erróneas.. Con el tiempo consiguieron convencernos de que eran perniciosas y llenaron nuestras mentes de dolor e innumerables temores. De esta forma aprendimos a guardarlas en lo más oculto de nuestro inconsciente, donde nadie, ni siquiera nosotros mismos, pudiera recordarlas jamás.
Sin embargo, esas "sombras"escondidas en los rincones más profundos de nuestra psique siguen existiendo y exigen su lugar;A veces gritan para salir a la superficie.Necesitan sentirse libres, aceptadas e incluso amadas como partes valiosas de lo que somos.
Mientras seguimos negando la posibilidad de contemplar ese supuesto "lado oscuro" del que nos sentimos tan avergonzados,éste se hace cada vez más poderoso y poco a poco se va convirtiendo en una fuerza capaz de destruir nuestras vidas y las vidas de los otros, especialmente de los emocionalmente próximos.
Muchas personas realizan un enorme esfuerzo para controlar sus sombras para así intentar dar una imagen de equilibrio, impecabilidad, bondad e incluso de sabiduría ...con el riesgo evidente de que lo reprimido salga a la luz en el momento más inesperado, justo cuando el auto-control se toma un descanso. Y es que cuanto más se intenta reprimir las "cualidades indeseables" más formas maliciosas y potentes encontrarán la manera de expresarse.
La imagen más utilizada como ejemplo de este tipo de situación es la de alguien encerrado en un sótano deseando salir y esforzándose en llamar la atención para que le abran la puerta.
Y lo cierto es que, como dice la filosofía oriental, "si no nos ocupamos y atendemos a nuestra sombra, ella se ocupará de nosotros".
La represión de la sombra puede provocar comportamientos destructivos muy tóxicos que con frecuencia alcanzan altos niveles de sufrimiento.
Solo mirando cara a cara a nuestra sombra podremos conocerla, atravesarla y trascenderla. Abrazar la sombra nos permite estar en paz con nosotros mismos, reconocernos desde una perspectiva más elevada y reclamar nuestra Luz interior. De esta forma se liberan miedos, frustraciones, bloqueos, prejuicios y un sin fin de conflictivos estados anímicos. Abrazar la sombra nos permite comprender que, con frecuencia, ese denominado "lado oscuro", era el que necesitábamos para caminar con energía, valor y determinación.
Pecador o santo, son dos caras de la misma moneda en un mundo dual. Ha llegado el momento de sustituir la "o" disyuntiva por la "y" copulativa e integradora. La Integración de lo masculino y lo femenino, de la luz y la sombra,y en general, de los opuestos, abre la puerta a un nuevo tiempo de consciencia más evolucionada.
Mirar a la sombra con compasión y respeto, permitirá descubrir en su interior el tesoro que se esconde en lo más profundo, allí donde nuestra luz brilla con todo su esplendor.

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